Muchos niños tienen dificultades para adaptarse a la escuela. En ese centro escolar es donde los alumnos tienen que pasar la mayoría de las horas estudiando e integrándose con los nuevos compañeros. Por este motivo, los docentes deberán hacer un curso en el que los alumnos se puedan adaptar fácilmente.
El primer día de clase, para ir cogiendo confianza entre el profesor o la profesora y los niños y niñas, se pueden hacer juegos de memorización de los nombres.
Por ejemplo: se empieza por la derecha y por filas, de arriba a abajo. El primero que empieza dice su nombre, el segundo dice el nombre anterior y el suyo, y así sucesivamente. Cuando hay muchos nombres, es difícil acordarse y por eso, quien no se acuerde, vuelve a empezar. No se trata de castigar al que no recuerda todos los nombres, sino simplemente integrarse nuevamente al juego.
Se puede ir cambiando la metodología del juego con la finalidad de no aburrir el alumno.